Recientemente los medios se han hecho eco de la propuesta realizada por el candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón, acerca de su interés de formar una coalición legislativa que apoye su ejecutivo en el caso de lograr la victoria en las elecciones del próximo 2 de julio.
Por diversos motivos, que tuve la posiblidad de presentar públicamente en Cuernavaca y en la Ciudad de México en sendas conferencias en febrero, creo que es una excelente propuesta. En primer lugar las expectativas de distribución de la cámara legislativa hacen absolutamente necesaria la formalización de acuerdos estables para, al menos, dos grandes cuestiones: a) evitar la repetición de un escenario de gobierno dividido como el protagonizado en este sexenio, que ha conllevado una importante "congelación" de la agenda política presidencial, y b) aúnar esfuerzos para afrontar las imprescindibles e impostergables ya reformas estructurales que deben acometerse en la República.
En segundo lugar, la activación de las dinámicas coalicionales habrá de redundar en una mejora de la legitimidad de la acción de gobierno, no sólo presidencial, sinó también legislativa. Aunque las dinámicas propias del sistema político mexicano son -obviamente- fuertemente presidencialistas, no es menos cierto que la capacidad que demuestre el próximo ocupante de Los Pinos para desarrollar estrategias de inclusión serán altamente benéficas para la consolidación de la práctica democrática.
Finalmente (aunque no agotaríamos el listado) debe señalarse que dicha coalición legislativa debería tener su correlato con la incorporación al ejecutivo de miembros de los diferentes partidos coaligados: una de las claves del éxito de las coaliciones estriba no sólo en le hecho de concretar acuerdos generales sinó también de asumir responsabilidades concretas y, así, de co-responsabilizarse del conjunto de la actuación política.
Espero que esta propuesta formulada este fin de semana pasado pueda llevarse a la práctica, y en este sentido es también grato constatar que ayer el candidato del PRI, Roberto Madrazo, formulaba una propuesta en términos similares ofreciendo a "perredistas moderados" su posible incorporación a su hipotético gabinete.
Vamos a ver qué tanto ellos dos, o AMLO, sigan acordándose (o caigan en la cuenta, por parte de éste último) de una -creo yo- interesante propuesta.
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