31 de juliol del 2006

Democracia inmadura

Lamentablemente las últimas notícias que recibo de México, bien a través de colegas y amigos bien a través de los medios electrónicos, no parecen permitir que uno pueda calificar la actual situación como de farsa al más puro estilo bodevilesco. De hecho estuve tentado de titular este post como "El traje nuevo del emperador", en referencia a una sensación que me da cada vez que leo o escucho alguna declaración de AMLO (o Manuel Andrés LO, según fuentes críticas).
Ciertamente yo ya empiezo a dudar muy mucho acerca de la posible viabilidad de un acuerdo interpartidista que permita cerrar la página electoral y permita afrontar los retos que, año tras año, la elite política mexicana anda arrinconando por motivos puramente egoístas en el mejor de los casos (o pecuniarios en el peor).
Pero es que además, y me duele en el alma constatarlo, casi podríamos decir que el 75% de los políticos mexicanos (in extenso) es incompetente, lisa y llanamente. He tenido el gusto (y a veces el disgusto) de conocer algunos con muy altas (y no tan altas) responsabilidades y al final casi siempre me ha asaltado la misma pregunta: ¿y cómo coño han llegado a esta posición sin saber absolutamente nada de nada?
Debo decir en su descargo que, sin ir más lejos, también aparece esta pregunta en mi entorno catalán y español, pero la única diferencia es que aquí el porcentaje lo situaría yo en el 25% (y en el contexto europeo lo bajaría a un 15%).
La derivada de ello es que, a partir de este paisaje, poco desempeño podemos esperar de nuestros políticos (y hablo como casi-mexicano que soy). El ejemplo paradigmático lo está ofreciendo día tras día, y patochada tras patochada, AMLO. Veo con preocupación que en la "dizque" tercera asamblea informativa (tiene huevos la cosa, llamar a una puta movilización fascistoide asamblea informativa...) llama al establecimiento de "campamentos permanentes", así como invita a artistas a "realizar obras de teatro", como si estuviérmos en el sitio de Breda.
Esta situación, además de ahondar en la fractura que está configurándose en el país, apunta al enquistamiento de un planteamiento puramente personal, obsesivo, patológico (mesiánico, lo calificó Krauzé), en el que el resto de comparsas del partido únicamente se limitan a aplaudir, acompañar, grillar, pasar la charola y a decirle a su "emperador" que el traje es precioso (aún sabiendo que a cada paso que da más en bolas se queda), con la única aspiración de conseguir joder todo el sistema o, en su defecto, poder agarrarse de una ubre estatal (o paraestatal) para así retirarse con un riñón y medio cubiertos.
Uno al final se rie por no llorar al recordar el principal slógan de campaña de este iluminado irracional, porque lo único que va a conseguir va a ser que los pobres pobres que le andan siguiendo el juego y que se lo creen se topen al final con que el poco poso de esperanza que tenían se lo robó descarnadamente un loco de la colina, que con tal de mantener la tensión cualquier dia nos dirá que fue abducido por huestes azules que, tras realizar un viaje cósmico, le implantaron un microchip con el que le obligaron a descalificar a todas las instituciones del país, al medio millón de compatriotas que se desempeñaron en la jornada electoral y, por si fuera poco, a buena parte de sus propios correlegionarios y socios políticos. Quienes por cierto, una vez conseguido el objetivo de mantener el registro así como de colocar a sus propietarios (véase Dante Delgado) no han abierto la boca. No se merecen vivir a cargo de los impuestos que pagan, aquí sí, los pobres.
Total, que vaya mierda de situación nos está dejando para el futuro precisamente aquél que se dice preocupado por la democracia y por el desempeño del país.
Por favor, emperador de pacotilla, dáte cuenta que estás en porretas y haz, de una puta vez, el mejor servicio que podrías hacer nunca al país y a sus sufridos ciudadanos: acepta ya que perdiste, que la cagaste, que ya no vas a poder pintar nada en el México de este siglo y retírate a criar chachalacas, comer pejelagarto y, de vez en cuando, contar tus batallitas en la cantina del rancho. Tus sufridos súbditos te lo agradecerán.
Y a los que no nos pueden aplicar el 33 en el ciberespacio, también.

4 de juliol del 2006

¿Es posible y deseable un gobierno de coalición en México?

Siguiendo con el tema de la elección presidencial mexicana, hay algunos malentendidos que deberían despejarse o, como mínimo, centrar en el debate. En diversas oportunidades aquí en México me pronuncié favorable a la configuración de un gobierno de coalición tras el proceso electoral, fuese cual fuese el resultado de la elección. A nivel discursivo esta propuesta fue muy bien acogida, incluso podríamos decir que tuvo alguna influencia (modestamente) en alguna plataforma electoral.
Ahora bien, una vez el contexto de la campaña si iba cerrando y todo parecía indicar que la victoria estaría muy ajustada, empezaron a surgir voces que pretendieron diferenciar entre "gobierno de coalición" y "gobierno de unidad nacional", dando a entender que el primero era imposible porque no se contemplaba en la legislación mexicana.
Pues vayamos sobre este punto. En primer lugar debo manifestar que el concepto de unidad nacional no lo considero atinado para el caso mexicano, puesto que su utilización responde a situaciones extraordinarias, de crisis político-económica (como en el caso alemán) o bien como respuesta a una amenaza sistémica, lo cual es evidente que no sucede en México. Buena parte de los argumentos en contra del gobierno de coalición se basan en su simple traslación desde los sistemas parlamentarios, y he ahí el error.
Cuando planteábamos la formación de un gobierno de coalición hacíamos hincapié en la importancia de la componente inclusiva del mismo, al dar entrada a miembros de los partidos perdedores (PRD y PRI, básicamente) en el ejecutivo panista (en nuestro análisis dábamos por segura la victoria de FCH). Esta incorporación debería producirse en forma de la nominación de miembros de estos partidos (y también a Patrícia Mercado) al frente de algunas secretarías, por ejemplo Medio Ambiente (para PM).
Dicha incorporación, totalmente discreccional por parte del Presidente en la composición de su gabinete, habría de verse estrechamente vinculada a un pacto parlamentario (una coalición parlamentaria, para ser correctos en los conceptos) que permitiera que México pudiera afrontar de una vez por todas las principales reformas estructurales pendientes, así como superar la reedición del gobierno dividido que los datos confirman hoy.
Es innegable que FCH necesitará contar con un apoyo parlamentario que el PAN por sí solo no podrá prestarle por lo que el acuerdo legislativo debería ir más allá de la simple declaración de buenas intenciones para, de una vez, implicar al resto de actores en la corresponsabilización de la acción de gobierno.
Más adelante seguiremos con más detalles, ¿os parece bien?

3 de juliol del 2006

Coaliciones mexicanas

"Too closed to call the winner". Esta ha sido la noticia principal durante los comicios mexicanos del 2 de julio, en los que estamos como observadores electorales. Además de la dificultad de dar un vencedor (aunque el PREP da desde el inicio a FCH como vencedor) el escenario politico mexicano esta debatiendo la necesidad o no de proceder a la formacion de un gabinete en el que esten presentes representantes de otros partidos.
O en otras palabras, y tal y como lo dijimos en Marzo en Cuernavaca, la formacion de un gobierno de coalición. Aunque en sistemas presidenciales es dificil de asimilar su logica de creacion y operacion, lo cierto es que esta es la UNICA respuesta politica viable a la situacion electoral actual. FCH, de confirmarse como ganador, ha sido el unico candidato que desde un inicio incluyo en su plataforma electoral la creacion de un gabinete de coalicion. Ahora queda por ver si cumple con las expectativas y, en ese caso, estaremos apoyando esta iniciativa.